Por: Ana Cruz

Para Mundo de Mamá

 

Como a muchas les sucede durante los primeros meses del primer bebé, juré que nunca más iba a tener hijos, que sería mamá de una hija única y que jamás volvería a pasar por un embarazo y mucho menos por un parto… Pero de la misma manera que a muchas mamás primerizas les pasa, la idea de un solo hijo se me olvidó y empecé a pensar en El Hermanito. Todo el dolor del parto, la agonía de las primeras noches y los llantos incansables del recién nacido, de pronto se me borraron de la mente. Creo que eso es algo que a todas nos pasa: Inevitablemente caemos en una especie de amnesia maternal que nos hace querer seguirnos reproduciendo. Debe ser que inconscientemente amamos la idea de sentirnos reproductivas, o simplemente como yo, amamos los bebés y podríamos tener 10 de ellos… ahhh si tan solo no fuera tan complicado. Todas las madres pasamos por eso, unas más temprano, otras más tarde, pero todas en algún momento llegamos al punto en el que debemos tomar una sabia decisión: ¿tener otro hijo o no?

La forma más práctica y lógica de asumir la segunda maternidad es pensar que para qué necesitas dos si ya tienes uno. Que ya experimentaste todo lo que se vive con la maternidad y que no hay razón para complicarse con segundas adquisiciones que implican además de todo, más dinero, más tiempo, más desgaste en la relación de pareja, menos tiempo para ti. Ni hablar de un segundo embarazo y todos los desgastes físicos que atravesará nuestro cuerpo.  Y si a esto le sumamos una posición ecologista con este mundo tan loco y sobre poblado, ¿para qué traemos más hijos al mundo?. Con un solo hijo tienes lo mejor de los dos mundos, eres mamá, pero todavía tienes tiempo, dinero y espacio. Los viajes no son tan complicados y a medida que tu hijo crece todo se vuelve cada vez más fácil, así que ¿para qué complicarse con un segundo??

La contraparte del pensamiento asumiría que uno no es suficiente, que no se puede permitir que tu hijo crezca solo y desalmado sin un hermano con quien pelear; que los hijos únicos son difíciles de manejar, que una familia grande es más divertida y que nunca se sabe qué traerá el destino, siempre es bueno tener un hijo de “backup”.

Debate interesante: ¿Sólo un hijo, dos… tres?

Esto me lleva a un segundo planteamiento: ¿Cuándo es el mejor momento para tener el segundo? ¿Mejor rápido para que los hermanitos se lleven poco tiempo entre ellos y puedan acompañarse? ¿Será mejor para los padres hacer un solo trabajo con dos hijos pequeños para terminar con ellos rápido y de una vez? ¿O será mejor dedicarle unos buenos años al primer hijo, para después poder enfrentar el segundo con mucha más calma y sabiduría?

Personalmente pienso que a pesar de lo difícil y de todo el esfuerzo que puede implicar un segundo bebé. Para mí se trata de repetir la mejor experiencia del mundo… no se trata de darle un hermano a mi hija… o de si podré viajar lo suficiente. Ser mamá de uno, simplemente no es suficiente para mí. Hoy, a los 9 meses cumplidos de mi primer bebé, puedo decir que estoy lista para el segundo. Puede sonar descabellado para algunas personas, otras coincidirán en que es un buen momento. Lo cierto es que  me siento preparada para ser mamá nuevamente. Quiero conocer otro bebé que sea mío y quiero agregar otro miembro para mi familia. Quiero emprender nuevamente una segunda aventura, esta vez más extrema y desafiante, pero seguramente deliciosa.

1 COMENTARIO

  1. ME encantaaaa como escribe Ana , mundo mama excelente trabajo trayendo a esta increible mujer! me fascina como toca los corazones de sus lectoras.
    Super fascinante la menera de escribir!

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