Elegir un trabajo de medio tiempo requiere a veces escaparte de casa para poder terminar de hacer lo que te falta. Instagram: @mundo_de_mama

En la larga escuela de la vida he perdido por enésima vez la lección de que para ser mamá hay que aceptar que ya no estoy por mí y para mí, como cuando tenía 20.

Han pasado ya casi 7 años desde que me convertí en mamá y aún me cuesta renunciar a muchas cosas por complejas o sencillas que parezcan, desde despertarme tarde, entrar sola al baño o incluso comprar Coca Zero porque no me gusta que mis hijas tomen soda -cuando a mí me fascina-. Así, sencillo.

Ella, mi primera hija, la disciplinada y exigente como yo, apasionada y soñadora. Mi ancla.
Ella, mi primera hija, la disciplinada y exigente como yo, apasionada y soñadora. Mi ancla. Instagram: @mundo_de_mama

La semana pasada recibí una llamada para una oferta de trabajo, una enorme multinacional, excelente paga y prestaciones, el puesto ideal y toda una atractiva oportunidad profesional para hacer carrera; el combo sonaba perfecto. Durante la entrevista la persona me hizo varias preguntas clave, entre ellas la muy frecuente “¿por qué escribes?”, yo con mi cara de “no sé cómo responderle” le dije: escribo por catarsis, desde mis altos y mis bajos, mis éxitos y fracasos, mis experiencias o mis opiniones respecto a ciertos temas que nos inquietan a nosotras las mamás.

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Ella, la más pequeña, la que vive creyendo que el mundo es de ella sin importar qué, la fuerte de carácter y segura de sí misma. Instagram: @mundo_de_mama

Conforme se fue desarrollando la entrevista surgieron frases entre líneas como “te veo allí sentada en ese puesto”, no me cabía la menor duda de que la oferta me estaba seduciendo, era algo tentador, que llenaba mis expectativas y no dudaba en ese momento en tomarla, no quería dejarla pasar, pero fue entonces que abordamos el tema de horarios cuando el sentimiento se convirtió de emoción a ansiedad.

“Te necesito trabajando como una piña” me dijo, y yo pensé entre mí “¿y cómo diablos se hace eso?”, sin embargo su gesto y ademán con acento español -de España- de inmediato me dieron a entender que era algo que requería “full time y extra mile”, pero como para mí nada se queda en el intento le propuse hacer un 1/2 tiempo presencial y un 1/2 tiempo en casa, -la forma en que he estado trabajando en los pasados 5 años-; todo iba tan bien hasta que me dio un rotundo NO!, insistió en que me necesitaba presente al 100%, y mientras escuchaba esta línea veía en mi mente y en cámara lenta cómo se desmoronaba el castillo de naipes con un solo chasquido. Así inmediato. Fue como estar sentada leyendo el menú de postres cuando sé que estoy a dieta! y que encima te gritaran al fondo “Hey boba, recordá que sos mamá 24 horas”. En ese momento retomé mi respuesta a la pregunta clave “¿por qué escribes?” y finalicé mi respuesta diciéndole, “respondiendo a la pregunta que me había hecho anteriormente, lo hago por situaciones y circunstancias como ésta” porque nadie sabe lo frustrante que es tener que renunciar a algo cuando sabes que tu deber y tu plan de vida es otro.

Mientras tomo el té pienso: Para y por todas aquellas mamás que renuncian a diario a lo que más desean con tal de buscar la felicidad de ese algo que nos espera al final del camino... Hoy celebro mi hora de catarsis.
Mientras tomo el té pienso: Para y por todas aquellas mamás que renuncian a diario a lo que más desean con tal de buscar la felicidad de ese algo que nos espera al final del camino… Hoy celebro mi hora de catarsis. Instagram: @mundo_de_mama

En los últimos 5 años me he tomado en serio el diseñar un plan de vida personal y familiar, uno que incluye mis sueños, anhelos y deseos personales al mismo tiempo que mis quehaceres de rutina, mi rol de hija, hermana, nuera, esposa, pariente, amiga, etc… pero sobre todo mi rol de mamá, un plan que dentro de él incluye las tardes con mis hijas por elección, sin negociación alguna, que aunque me ha costado renunciar a tantas oportunidades teniendo la libertad de tomarlas, me ha hecho gozar de ciertos privilegios como ver a mis hijas crecer a mi lado, estar presente a pesar de que me digan a veces que soy la mamá más enojada del mundo. Recapacito recordando que ese es mi verdadero trabajo, criar a mis hijas y estar en estos años clave a la par de ellas, como lo decidí en mi plan de vida.

 

Al final de las cansadas solo puedo decir:

A ti mamá “full time”, mis respetos y admiración de que no estás aún pelona de jalarte los pelos como ya estoy yo a ratos que me desespero porque me cuesta manejar el encierro de estar en las tardes en mi casa y muchas veces mediando berrinches.

A ti mamá de oficina “full time”, mis respetos y admiración porque sabes manejar tu tiempo, porque no sé cómo le haces para estar en la oficina de lunes a viernes y que en tu casa nunca falta nada en la refri y las tareas siempre van revisadas, y aún así estás nítida todo el tiempo.

Y para todas aquellas que estamos en medio -como yo- compartiendo casa y trabajo, que andamos buscando siempre el balance entre una y la otra y que por querer lograrlo nos toca a diario renunciar a un montón de cosas con el firme propósito de que algo mejor nos espera con el tiempo.

Y para concluir mi reflexión, deseo que mis hijas algún día lean este post y sepan que nada ni ningún trabajo u oferta es más valiosa que ellas, porque así fue como yo diseñé nuestro plan de vida familiar, que a pesar de que cada mamá tiene el suyo, éste es el mío y así debo aprender a respetarlo.

Las quiero, mama.

~N~

 

 

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