1
Celebrando nuestro X aniversario de matrimonio.

Y como nada pasó el tiempo y llegó nuestro X aniversario de bodas, algunos entre bromas nos decían que esto es la excepción y no la regla en estos dorados tiempos donde el matrimonio es más un desafío que una decisión o elección de vida en pareja.

Quisimos celebrar nuestro aniversario de una forma memorable y al mismo tiempo diferente, usualmente salimos a cenar en años anteriores pero esta vez merecíamos un escape, salirnos de la rutina, dejar a las niñas, la computadora que todos los días usamos para trabajar y postear, y darnos tiempo uno al otro, solos.

2
A veces no encontramos tiempo para nosotras mismas, cuando lo logramos, encontramos paz interior.

¿Es posible volver a tener una luna de miel? me pregunté varias veces y días antes de nuestro aniversario. La mezcla de emociones entre irte y escaparte con tu pareja, versus dejar a tus hijos encargados con alguien es fuerte, así que decidí desmitificar la idea y la pregunta en las siguientes conclusiones luego de habernos ido un fin de semana largo sin las niñas:

  1. La culpa que sentís cuando dejás a tus niños por escaparte es relativa, en la medida que podés tener largas pláticas con tu pareja, comidas sin interrupciones o tardarte lo que quieras en el baño, compensó el sentimiento de abandono que llevaba conmigo.
  2. Mentira, no se logra dormir más de la cuenta, al contrario, me despertaba a la misma hora de siempre porque mi reloj biológico está en modo “ON” todo el tiempo, con o sin las niñas.
  3. Es posible reafirmar qué tan bien te llevas con tu pareja, admito que no hubo ni un solo disgusto o contradicción, lo que me hace pensar que muchos de los “enojos” que uno tiene como pareja son provocados por el estrés de la paternidad y maternidad. Reconfirmé que no es lo mismo ser pareja que mamá, por eso la importancia de escaparse.
  4. En realidad es posible volver a tener una luna de miel. Creo que las que vienen después de la primera son mejores aún porque conoces más y mejor a tu pareja a como cuando tuviste la primera, y tu nivel de madurez en la relación es otro.
  5. Es inevitable dejar de hablar/pensar en los hijos. En cada lugar o momento nos recordamos de ellas, de lo que le gustaría a cada una estando en cada lugar, de lo que estuvieran haciendo en ese momento. Llamábamos a cada rato para “tomarles el pulso” a distancia. Las extrañamos lo necesario.

 

5
Cuándo fue la ultima vez que te sentaste a escuchar el viento, a ver las delicias de la vida y desconectarte del mundo?

Ahora regreso a mi mente y pienso, de lo que me estaba perdiendo… definitivamente es algo que uno tiene miedo de hacer, pero que al hacerlo y haberlo disfrutado tanto, merece la pena volver a hacerlo.

 

Dejar una respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here