Muchos padres llegan a sus casas cuando los niños ya duermen. Si resulta imposible disminuir las horas de trabajo, la buena noticia es que no está “todo perdido”. Hay estrategias que, trabajadas en conjunto por el matrimonio, permiten estar siempre presente.

Contaba un papá que un día cuando fue a dejar a su hija al colegio, ésta al despedirse le dijo con toda inocencia: “Adiós papá, hasta mañana”. Claro, eran las 8:00 a.m y ya no lo vería hasta el día siguiente a la misma hora. El hombre quedó impresionado y triste con la despedida. En esos momentos odió que su trabajo le exigiera tantas horas de dedicación, pues, por lo general, llega a su casa después de las nueve de la noche, cuando literalmente ya todos sus hijos sueñan con los angelitos. Lamentablemente sabe también que trabajar hasta más temprano en su caso resulta difícil y siente en sus hombros el peso de ser un papá ausente. Sin embargo, aunque parezca imposible, basta un dedicado trabajo entre ambos cónyuges para que a pesar de las horas destinadas al trabajo, el papá no falte.

Estrategias a seguir

 

Asumir la condición que les toca

Es la premisa para llevar a cabo cualquier estrategia. “En primer lugar, son los adultos los que deben tener asumidas las circunstancias de vida que les tocó”, explica la psicóloga Mariarita Bertuzzi, quien cuenta un ejemplo para graficarlo claramente: “Recuerdo una mujer cuyo marido trabajaba muchísimo, salía a las siete de la mañana y volvía después de las nueve de la noche. Sin duda, era la situación ideal para catalogarlo como un padre periférico y vivir quejándose y descontenta con la situación. Sin embargo, esta mujer, al contrario, lo asumía como un esfuerzo necesario para su desarrollo profesional y, por tanto, para el bienestar de la familia. Por lo mismo, nunca le hizo sentir a los hijos que tenían un padre ausente, sino que siempre les recalcaba el esfuerzo que él hacía”. Hablar en positivo de las responsabilidades del papá, del privilegio que significa tener trabajo, explicarles en qué consiste lo que él hace, incluso llevarlos a terreno, a la oficina o al lugar donde pasa la mayor parte del tiempo, involucrarlos en lo que se pueda es buena idea para que ellos comprendan los motivos de su ausencia.

Ahora, para que esto funcione muy bien es fundamental desplegar la segunda estrategia.

 

Aprovechar el tiempo libre

“Este papá no participaba de ningún club de Tobby y dedicaba su tiempo libre a vivir intensamente la vida en familia”, concluye Mariarita Bertuzzi.

Si esto de verdad es así los frutos son seguros.

En contraste, la experta cuenta otro ejemplo: “Conocí a un matrimonio que cansados y extenuados, el fin de semana se lo pasaban intentando descansar en la cama, mientras sus hijos se levantaban temprano y presionaban todo el día, con una que otra pataleta, para ver si los padres se animaban a levantarse y estar con ellos. Fin del cuento: ni los padres descansaban ni los hijos se alegraban. Al final del día estaban todos mucho más estresados de como lo estarían si hubieran hecho el pequeño esfuerzo de salir aunque sea a dar una vuelta en bicicleta”.

La tentación de pasar los sábados y domingos “descansando” es grande, pero no es de verdad un tiempo “rentable” en término de las ganancias familiares que se obtienen. Es más, puede ser aún más estresante.

Dedicarle tiempo a los hijos, según Mariarita Bertuzzi significa: “conversar, hacer asados, escalar cerros, andar en bicicleta por la cuadra…”. En esto si es la mamá la que ha tenido un poco más de tiempo, puede organizar distintos momentos, de manera que la tentación de no hacer nada se presente como la alternativa más difícil. Por ejemplo, puede preparar con todos un rico aperitivo, un pic nic en el cerro o un paseo en bicicleta.

 

No malgastar tiempos claves

Durante la semana, si bien quedan pocas horas para ver a los hijos, es importante saber aprovecharlas bien, de manera que no sean invadidas también por el estrés. Nuevamente con un ejemplo, Mariarita Bertuzzi explica cómo esto debe ser bien pensado. “Vi el caso de un papá que decidió llevar todos los días a sus hijos al colegio. Pero resulta que siempre se levantaba apurado y se subía al auto muy nervioso. Retaba a todo quien pasaba por su lado y ni siquiera escuchaba las preguntas que le hacían sus hijos en el camino. En conclusión, un desperdicio total de un tiempo que puede ser precioso para enseñar a los hijos cómo empezar el día, con cuál ánimo enfrentar el trabajo que a uno le toca y para conversar y conocerlos más, sobe todo si no se les va a ver hasta el día siguiente”.

En este caso, para aprovechar de verdad el poco tiempo disponible, como el rato que demora llevarlos al colegio, valdría la pena, por ejemplo, levantarse más temprano.

 

Complicidad entre los cónyuges

Si es la mamá la que puede estar más tiempo con los hijos, una buena idea es que ella mantenga “informado” al marido de lo que le pasa a cada uno durante el día, en cosas importantes, pero también en detalles. Que los niños capten que el papá sabe muchas cosas, aunque no está, sin duda, los sorprenderá. Esto no quita la responsabilidad que debe tener el papá y por mérito propio estar pendiente de lo que le sucede a sus hijos. Para ello no costaría nada que se propusiera llamarlos por teléfono durante el día para saber de ellos y enterarse lo que les está pasando. Pero la combinación de ambas “tácticas”, es decir, los soplos de la mujer y el propio contacto, puede favorecer mucho el espíritu de estar presente.

 

Cuando los 2 trabajan

Si en la familia ambos cónyuges se ven afectados por largas jornadas laborales es importante que:

  • Intenten coordinarse de manera que cuando las horas en el trabajo de uno se alargan mucho, al menos el otro pueda estar antes en la casa.
  • Tengan buenos cuidadores sustitutos de manera de tener la tranquilidad de que los hijos están bien cuidados. Intentar generar una red de familiares que puedan estar con los niños algunas horas al día.
  • Programen bien el tiempo libre de los hijos para asegurarse que están pasando el tiempo en actividades sanas. Estimular en ellos intereses artísticos, musicales o deportivos, entre otros, ayuda mucho.

 

Por:  Magdalena Pulido

Para: Hacer Familia

Vía: http://www.hacerfamilia.cl/

Imagen vía: happyfamiliesblog.blogspot.com

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