Recientemente me invitaron a escribir un artículo para la revista de cocina The Baking Room Magazine, me pidieron que el tema central fuera “cocina – mamá” y pensaba que no soy una mamá tan buena para tirarme al piso a jugar con las niñas, pero sí soy buena para cocinar con ellas y para ellas.
Cocinar no sólo reúne los 5 sentidos, reúne los mejores momentos de una familia, y la cocina es un lugar para que los chicos experimenten nuevas experiencias, todo está en qué tanto los dejemos acercarse e involucrarse en ella.
Dentro de la forma en que combino mis roles como mamá, también dedico y celebro gran parte de mi tiempo en la cocina cuando puedo y tengo tiempo, me gusta que siempre haya alguien probando lo que hago y más cuando estoy de vacaciones, fechas importantes, celebraciones o simplemente para comer algo rico en casa.
Dulce, salado, de tradición o temporada, la cocina y el momento de cocinar se ha convertido en un momento de juego para mi chiquita de 2 años, quien sin miedo alguno toma un banco y se sube a ver qué estamos cocinando. Desde tamales, rice krispies treats, cupcakes… ella tiene que estar en la “jugada”.
Antes me estresaba un poco que se quemara, cortara, cayera, botara o quebrara algo, pero creo que todo depende qué tanto les presentemos los límites de estar en la cocina y qué tanto pueden gozarla si respetan esos límites.
Si quieres explorar cómo convertir la cocina en un playtime con tus chicos, es sencillo, a mí me funcionó considerar que:
- Hay que asignar tareas:
Hay recetas sencillas y otras no tanto, por ejemplo hay algunas no peligrosas, o que pueden convertirse -incluso- en una manualidad, para éstas hay que dejarlos usar utensilios nobles, improvisar con lo que tenemos, pero asignarles algo para hacer.
- Dejar que se acerquen hasta donde puedan:
Explorar la cocina y el momento de cocinar requiere curiosidad y atrevimiento; para que los chicos conozcan cómo se preparan las recetas y su sazón hay que dejarlos interactuar, probar y explorar en el proceso de preparación.
- Cocinar para y por ellos:
También hay versiones de recetas “complicadas” que son aptas para niños, por ejemplo, comer helado de colores no será la misma experiencia que un helado tradicional.
- Dejarlos participar del proceso:
Desde buscar la receta, comprar los ingredientes, prepararla y disfrutarla, será una experiencia que además de tener un resultado exquisito, nos servirá para que entiendan de conceptos como calcular cantidades, contar el tiempo, preparar los ingredientes, seguir un procedimiento de inicio a fin, identificar colores y formas, etc.
- Cocinar también es jugar:
No solo lo que comemos y cocinamos es lo más importante junto a los chicos en la cocina, también podemos explorar y experimentar la presentación visual de lo que preparamos y así será una motivación extra para que a la vez sea una experiencia probar lo que hemos preparado.
Cocinar al final se convierte en un juego, o al menos es lo que mi chiquita cree que es.
