Por: Nancy Chang

Para Mundo de Mamá

 

Recientemente dos de mis hermanos me compartieron un video abrumador  -desconozco el origen del video-, tan abrumador que evito ponerlo en mi post; se trataba de una mamá que golpeaba y le gritaba a su bebé de apenas 6 meses de edad.

Luego de sentirme perturbada por tan impactante video casero, y mientras lo veía pensaba que con frecuencia nos quejamos de la violencia que impera en el mundo entero, muchas veces desconocemos las razones por las que muchos delincuentes cometen delitos tan graves o con tanta maldad, pero ¿cómo no va a crecer alguien con tanto mal en su corazón cuando su propia madre -la figura de protección por naturaleza- le pega o agrede a tan temprana edad y sin motivo alguno?. La escena manifestaba lo indefenso que un ser humano puede ser a tan cortos 6 meses de edad, y lo que más me impactaba era que la criatura a pesar de verse agredida por su madre, se levantaba llorando y salía en dirección a ella en búsqueda de refugio.

Este post no está hecho con el propósito o fin de contar una historia o experiencia personal, sino más bien con el afán de hacer un llamado o crear consciencia entra las mamás, quienes muchas veces no razonamos los daños colaterales que pueden surgir cuando nuestros métodos de educación o disciplina son usados al extremo, pudiendo causar en nuestros hijos patrones agresivos, fobias, temores, baja autoestima o codependencia a relaciones enfermas o dolorosas, sin dejar fuera todos esos trastornos de conducta que pueden desatar la personalidad de un homicida en edad adulta.

Pareciera ser que mi forma de ver las cosas es un tanto extrema, pero es que para educar existen también límites y métodos dentro de lo razonable, no podemos forjar valores o virtudes en el seno de un hogar, cuando la violencia es la herramienta más inmediata para mostrar autoridad. Piénsalo.

 

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