La personalidad de nuestros hijos

Por: Lorena Carrillo de Bianchi

Para: Mundo de Mamá

Nuestros hijos no son propiedad nuestra, sino que llegan a la vida a través de nosotros y nuestra responsabilidad es acompañarlos en el camino.

Esto también implica que debemos educarlos con mucha más libertad (que no es permisividad): libertad para ser niños! Ahora que me he convertido en mamá por segunda vez, desde ya veo grandísimas diferencias entre mis hijas. Y es que cada niño es único, piensa, siente e interactúa de distinta forma, a su manera. Algunos son tímidos y otros extrovertidos, unos son callados y otros no paran de hablar. Unos son aventureros y otros son más tranquilos, algunos son de carácter dulce y otros de carácter fuerte.

Como padres, nuestro deber es aceptarlos y enseñarles a aceptar su individualidad. No ganamos nada comparando a nuestros hijos y perdemos muchísimo al no aceptar a nuestros hijos como son, ya que nos arriesgamos a formar adultos frustrados, infelices y con baja autoestima.  En nuestras manos está desarrollar esos dones innatos que tienen nuestros hijos.  En tu casa puede estar un gran artista, un astronauta, un biólogo marino, un cantante o una baletista! Anima a tus hijos a hacer los que les gusta, lo que les interesa, pero sobre todo, anímalos a hacer lo que los hace felices!

Esto no quiere decir que les permitas hacer todo lo que les venga en gana, se trata únicamente de respetar su personalidad. No porque sea aventurero se le debe permitir hacer paracaidismo a los 4 años o porque su carácter sea fuerte debes permitirle que le pegue a los demás para desquitar su enojo. Es aquí, en sus flaquezas, en donde necesita más de tu guía para aprender a convivir.

Permite que tengan sus preferencias y sentimientos aunque sean distintos a los tuyos; incluso en cosas tan simples como la comida, a mí me encantan las zanahorias, a mi hija no. Agustina, mi hija mayor, es tímida, le cuesta adaptarse a nuevos ambientes o relacionarse con gente extraña. Al principio la obligábamos a integrarse rápidamente, pero poco a poco fuimos entendiendo que era parte de su personalidad y que necesitaba tiempo para sentirse cómoda. Incluso si era en casas de la abuela, con sus primos que ve por lo menos una vez a la semana.. nuestra hija risueña aparece hasta unos 20 minutos después de haber llegado… así es ella y se lo respetamos!

Nuestra función como padres no es adiestrar a nuestros hijos, educarlos indistintamente como nos educaron a nosotros, enseñándoles a todos de la misma manera, al mismo tiempo y esperando más o menos el mismo resultado de todos, sino respetar su personalidad, hacer florecer sus talentos y no permitir que la familia, el colegio y la vida en general los anule y los estandarice como ha pasado con la mayoría de los adultos. Hazle saber a tus hijos que los amas por ser como son. Ayúdalos a desarrollar sus habilidades y a saber manejar sus puntos débiles. Enséñales que nadie es perfecto y muéstrales que tú también eres buena en algunas cosas y no tanto en otras.

Tus hijos no son tus hijos,
son hijos e hijas de la vida,
deseosa de sí misma.

No vienen de ti,
sino a través de ti,
y aunque estén contigo,
no te pertenecen.

Puedes darles tu amor,
pero no tus pensamientos,
pues ellos tienen sus propios pensamientos.

Puedes abrigar sus cuerpos,
pero no sus almas,
porque ellos
viven en la casa del mañana,
que no puedes visitar,
ni siquiera en sueños.

Puedes esforzarte en ser como ellos,
pero no procures hacerles semejantes a ti,
porque la vida no retrocede ni se detiene en el ayer.

Tú eres el arco del cual tus hijos,
como flechas vivas,
son lanzados.
Deja que la inclinación,
en tu mano de arquero,
sea para la felicidad.”

Texto extraído de “El Profeta” por Khalil Gibran