Aunque algunos son muy consentidores, otros un tanto más estrictos o unos mayores que otros, pero en general, los abuelos son fundamentales en el desarrollo emocional de los nietos, y aunque es verdad que no existen sustitutos de los padres, los abuelos son los que definitivamente se acercan más al amor que se puede sentir por los hijos.

Al no ser directamente responsables de los cuidados y de la educación fundamental de los niños, pueden mostrarse con una gran libertad de espíritu, por lo que las relaciones entre abuelos y nietos suelen estar desprovistas de la tensión que a menudo imponen padres excesivamente ocupados por el trabajo profesional y del hogar. A través de los abuelos los niños llegan a conocer actividades que ignorarían si sólo dependieran de los padres. Los niños disponen en los abuelos, de una prolongación del círculo familiar que ensancha sus posibilidades afectivas.

 

Una relación con grandes beneficios

Para un niño, sus abuelos son la base de su historia personal. Todo ser humano tiene la curiosidad de conocer sus raíces, su historia, de dónde viene, y los abuelos representan esa parte de su pasado que forma parte de su vida en el presente.

No hay como los abuelos para ayudarnos a cuidar a los hijos. Qué mejor que sangre de su propia sangre para encargarse de los pequeños cuando la madre y el padre no pueden hacerlo.

Los abuelos son además magníficos compañeros de juego. Los niños a través del juego aprenden a relacionarse, a convivir, a pensar y a respetar reglas. El juego une, entretiene y divierte. Los niños encuentran en los abuelos los compañeros ideales por el tiempo que pueden dedicarle, la paciencia y sabiduría para enseñar y el cuidado que tendrán con los niños precisamente por el amor que les tienen.

 

Límites de la relación con los nietos

Por un lado, frecuentemente los abuelos tienden a sobreproteger a sus nietos, los colman de regalos y les permiten toda clase de actividades y caprichos. Y por el otro extremo, a veces les impiden toda iniciativa a los niños, privándoles de la libertad que es otorgada por los padres. Ten claro que una postura autoritaria por parte de los abuelos reduce la confianza de los padres; esto puede resultar nocivo para los niños, quienes aprecian claramente la disparidad de criterios.

Muchas veces ante las discrepancias entre los padres y los abuelos, y ante la imposibilidad de cambiar a los abuelos en su actitud y en un intento de evitar discusiones, los padres optan por limitar la relación de los niños con los abuelos, estableciéndose una situación incómoda. Los abuelos deben ser conscientes de que en última instancia, los padres son los responsables de la educación de sus hijos; en caso de alguna diferencia, discrepancia o criterio, es recomendable reservarse la opinión y dejar que los padres actúen con criterio.

 

Vía: El Informador

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