La sexualidad desenfrenada es un tema que hoy preocupa a muchas familias; los medios de comunicación ilimitados a su alcance, tanto como la cultura hedonista y liberal son causas para que nuestros hijos sientan que el tema de la sexualidad sea cada vez más común y menos delicado. Por lo mismo es importante que los padres de familia formemos a nuestros hijos para que sepan tomar decisiones, sean conscientes y puedan elegir y actuar con responsabilidad.

La castidad:
Éste es un tema que para muchos está fuera de moda, o más bien se desconoce su significado, pero para que nuestros hijos puedan conocer verdaderamente el valor de la sexualidad, es importante que conozcan la importancia de la castidad, y darla a conocer no es más que tarea fundamental de la familia.

Para la doctora italiana María Luisa Di Pietro, profesora asociada de Bioética en la Universidad Católica del “Sagrado Corazón” de Roma y presidenta de la asociación “Scienza&Vita” (Ciencia y Vida), argumentó, “aclarar el concepto de castidad”, que es la “energía espiritual, que sabe defender el amor de los peligros del egoísmo y de la agresividad, y sabe promoverlo hacia su plena realización”. “La reducción de la sexualidad a una mera dimensión del instinto ha favorecido además, en sus manifestaciones más extremas e ínfimas, a la difusión de la pornografía y de la violencia sexual”, añadió. Es urgente, por tanto, explicó, que las familias asuman el papel primordial que tienen en la formación afectiva y moral de sus hijos. “La prisa por quemar las etapas está volviendo cada vez más difícil la maduración afectiva de los muchachos y está poniendo en riesgo incluso su salud”, afirmó.

La tarea comienza en el hogar, desde la niñez:
Para promover la educación sexual desde sus bases, es importante reforzar desde la niñez temas como los son el cumplimiento de metas propias, el reforzamiento del “Yo”, el autoestima, el sentido de dignidad propia, la capacidad de autoposesión y autodominio, la coherencia y equilibrio interior, la adquisición de una gran atención hacia los valores de la procreación, de la vida y de la familia, entre otros.

Al mismo tiempo los padres debemos educar la afectividad desde la etapa infantil, tanto como la moralidad y la libertad. La persona se forma sólo cuando es capaz de responder a la pregunta sobre qué persona debería yo ser. El compromiso debe ser, entonces, el de ayudar a nuestros hijos a crecer como persona virtuosa, o sea a adquirir una aptitud permanente para hacer el bien y para hacerlo bien.

También es importante que los padres nos dediquemos a formar a nuestros hijos desde pequeños y sepamos educar su voluntad, así como sus sentimientos y emociones correctamente encausados, ya que a largo plazo esto nos servirá cuando sea necesario formarlos en el tema de la sexualidad. Ellos conocerán el respeto y la diferencia entre ambos sexos a través de la familia y de la forma en que los padres nos comportemos entre sí, de aquí la importancia del respeto a nuestra pareja y sobre todo en el hogar.

Feminidad y masculinidad son conceptos que se aprenden en casa:
Los padres somos responsables moralmente de la educación sexual de nuestros hijos, a través de nosotros nuestros hijos conocerán la feminidad y la masculinidad en la dimensión afectiva y a nivel de relación personal, podrán entender la idea de lo que es amor y podrán así decidir y encontrar correctamente la pareja con la cuál van a convivir basado en el concepto de hombre y mujer que les hayamos inculcado desde pequeños en el hogar.

Durante la adolescencia debemos ayudar a nuestros hijos a discernir. Debemos también ser conscientes de que el deber de educar moralmente a los hijos es “inalienable” y que no puede ser “ni totalmente delegado a otros ni usurpado por otros”. “No darles a los hijos un ambiente familiar que pueda permitir una adecuada formación al amor y a la castidad, significa faltar a un deber preciso”.

Tanto el papel o el rol del padre en casa, hará que sea el marco de referencia para lo que sus hijas quieran encontrar en un hombre al momento de buscarlo, así como el papel de la madre en casa será el marco de referencia para los hijos hombres, por lo mismo es importante que tanto padre y madre sepamos cómo comportarnos, cómo educarlos y demostrarles lo que conlleva la feminidad y la masculinidad, de modo que sus conceptos sean correctos, claros y precisos.

Encausando las diferencias y preferencias sexuales:
La cultura liberal nos muestra que la diferencia o preferencia sexual, ya sea por el mismo género o por el opuesto sean algo muy normal, común y corriente o incluso hasta de moda, sin embargo, no son más que manifestaciones de la manera en que la sexualidad fue encausada desde la etapa en que comienza a manifestarse, o bien manifestaciones del autoestima que llevan consigo.

Para ciertas culturas simplemente es inaceptable y para otras es algo tolerable o negociable, o bien, simplemente un tabú.

En lo que si estamos de acuerdo la mayoría es que cada vez se hace más presente y más libre la preferencia sexual adquirida libremente, y cada vez es más accesible el contacto a manifestaciones desenfrenadas de la sexualidad, tales como la pornografía, tanto adulta como infantil, la homosexualidad o la bisexualidad.

No es más que considerar y tomar en cuenta que nuestros hijos son y crecen basados en lo que como padres formamos o hicimos por ellos desde pequeños, por eso la importancia del amor que en nuestros hijos podamos poner al momento de educarlos, y de mostrarles lo valioso que la sexualidad puede ser, como positivo para la propagación del ser humano si se hace de manera responsable y coherente.

Dejar una respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here