Llegó la hora de reincorporarse a la vida laboral y estás preocupada por la alimentación de tu bebé. La buena noticia es que tu bebé puede continuar tomando leche materna si aprendes a extraerla y almacenarla.

También hay otras situaciones en las que se hace necesaria la extracción de leche, como por ejemplo: 

  1. Para alimentar al recién nacido prematuro o de bajo peso que aún toma directamente del pecho.
  2. Cuando debes separarte temporalmente de tu bebé por motivo de viaje, enfermedad u otra situación.
  3. Cuando necesitas aumentar tu producción o volumen de leche.
  4. Para aliviar la congestión de los pechos cuando se cargan demasiado de leche (como suele ocurrir en la primer bajada de leche).
  5. Para evitar taponamientos de los conductos.

 

Puedes hacer la extracción de forma manual o mediante el uso de extractores de leche mecánicos o eléctricos.

Para la extracción manual:

  1. Lava bien tus manos.
  2. Masajea suavemente el pecho en forma circular para estimular la bajada.
  3. Puedes aplicar un paño o compresa de agua tibia unos minutos antes para que fluya la leche.
  4. Coloca el pulgar y los dedos índice y medio a una distancia de 3 ó 4 cm del pezón de manera que los mismos formen una letra “C”.
  5. Empuja los dedos hacia tus costillas y aprieta tus dedos pulgar, índice y medio hacia el pezón.
  6. Deposita la leche extraída en un recipiente esterilizado.
  7. Repite el procedimiento rítmicamente para vaciar completamente los depósitos de leche.
  8. Cuando no salga más leche, cambia la posición de tu mano girándola un poco y repite el proceso.

 

Para usar el extractor eléctrico:

  1. Pon tu pecho en el embudo del extractor y prende el extractor. Cuando se genere vacío comenzará a salir la leche.
  2. Practica antes la extracción manual para que tus senos estén más preparados y no los dañes.

 

¿Qué hacer con la leche?

  1. Conservar la leche en recipientes esterilizados o bolsas especiales.
  2. La leche extraída se puede conservar de 4 a 8 horas fuera de la refrigeradora a temperatura ambiente en un lugar fresco.
  3. Puedes tenerla en la refrigeradora por un período no mayor a 48 horas. En el congelador puede permanecer entre 3 y 6 meses.
  4. Fraccionarla en pequeñas cantidades (60 a 120 ml).

 

 Vía: BabySitio y PlanetaMamá

 

 

 

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