Llegó la hora de reincorporarse a la vida laboral y estás preocupada por la alimentación de tu bebé. La buena noticia es que tu bebé puede continuar tomando leche materna si aprendes a extraerla y almacenarla.
También hay otras situaciones en las que se hace necesaria la extracción de leche, como por ejemplo:
- Para alimentar al recién nacido prematuro o de bajo peso que aún toma directamente del pecho.
- Cuando debes separarte temporalmente de tu bebé por motivo de viaje, enfermedad u otra situación.
- Cuando necesitas aumentar tu producción o volumen de leche.
- Para aliviar la congestión de los pechos cuando se cargan demasiado de leche (como suele ocurrir en la primer bajada de leche).
- Para evitar taponamientos de los conductos.
Puedes hacer la extracción de forma manual o mediante el uso de extractores de leche mecánicos o eléctricos.
Para la extracción manual:
- Lava bien tus manos.
- Masajea suavemente el pecho en forma circular para estimular la bajada.
- Puedes aplicar un paño o compresa de agua tibia unos minutos antes para que fluya la leche.
- Coloca el pulgar y los dedos índice y medio a una distancia de 3 ó 4 cm del pezón de manera que los mismos formen una letra “C”.
- Empuja los dedos hacia tus costillas y aprieta tus dedos pulgar, índice y medio hacia el pezón.
- Deposita la leche extraída en un recipiente esterilizado.
- Repite el procedimiento rítmicamente para vaciar completamente los depósitos de leche.
- Cuando no salga más leche, cambia la posición de tu mano girándola un poco y repite el proceso.
Para usar el extractor eléctrico:
- Pon tu pecho en el embudo del extractor y prende el extractor. Cuando se genere vacío comenzará a salir la leche.
- Practica antes la extracción manual para que tus senos estén más preparados y no los dañes.
¿Qué hacer con la leche?
- Conservar la leche en recipientes esterilizados o bolsas especiales.
- La leche extraída se puede conservar de 4 a 8 horas fuera de la refrigeradora a temperatura ambiente en un lugar fresco.
- Puedes tenerla en la refrigeradora por un período no mayor a 48 horas. En el congelador puede permanecer entre 3 y 6 meses.
- Fraccionarla en pequeñas cantidades (60 a 120 ml).
Vía: BabySitio y PlanetaMamá