El convertirnos en mamás es un tema que muchas mujeres temen asumir; la comodidad que el mundo de consume nos ofrece, es uno de los factores que hacen que una mujer se cuestione si está o no lista para ser mamá, y que luego de estar en estado de embarazo, comienza a temer con frecuencia temas como los que enumeraremos a continuación:

 

1. “¿Me voy a convertir en mi mamá?”

Inevitablemente tu mamá es tu primer modelo de rol maternal que has tenido, por lo mismo es muy común que vayas a portarte como ella en varias situaciones, incluso hasta utilizarás las mismas palabras para corregir, que ella misma utiliza. Seguramente tomarás algunas cosas y dejarás otras de ella.

2. Te perderás de vista a ti misma; pensarás en alguien más antes que en ti misma

Lógicamente dejarás de pensar en tí misma como individual; sabrás que todas tus decisiones serán tomadas en base a lo que puedan repercutir a quienes dependan de ti: tus hijos; sin embargo, esto no requiere o establece que pierdas de vista seguir continuando con tu plan de vida o alcanzando tus propias metas, claro que sabiendo que ahora compartirás todo esto con el rol y la responsabilidad de ser mamá.

3. Tu relación de pareja nunca será lo mismo

La llegada de un hijo cambia la dinámica de pareja que habían estado experimentando entre tú y él; pon en práctica nuevas formas para convivir entre tus hijos sin descuidar a tu pareja, es aquí donde creativamente pondrás en práctica nuevas formas para seguir alimentando tu relación de pareja. Aún a pesar de esto, las parejas que tienen hijos, en la mayoría de los casos, experimentan un fortalecimiento de su relación manifestada en ese nuevo ser.

4. Temor al fracaso

Te enfrentas a una etapa desconocida en tu vida, y por más que te cuenten o asesoren, la ansiedad que sientes dentro de ti es algo que sólo tú puedes manejar; te darás cuenta con el tiempo que te lo imaginabas peor de lo que es. Tendrás que manejar muchas interrogantes que con el paso del crecimiento de tu pequeño y buscando la asesoría correcta, podrás ir asimilando con más facilidad. De esto parte la primicia que “ninguna mujer nace sabiendo ser mamá, y ningún hijo nace con manual bajo el brazo”.

5. “¿Y si no me alcanza el dinero para mantenerlo?”

Claro está que el costo de la vida es creciente cada día, y que para obtener dinero hay que trabajar duro; pero no pierdas de vista que a tus chicos no debes darles todo lo que quieran con frecuencia, únicamente lo que necesiten para una estabilidad física y emocional, debe ser un balance en el que tú y tus chicos entiendan y valoren el significado de la bonanza y el de la escasez, y por lo tanto sepan usar inteligentemente sus recursos.

6. “No sé si seré buena o mala mamá”

Existen muchas técnicas de educación y psicopedagogía hoy en día, muchas opiniones que te pueden hacer creer si de acuerdo a éstas eres una buena o mala mamá, pero lo que verdaderamente importa no es la opinión de terceros, es lo que tú pienses objetivamente de ti misma respecto a tu desempeño según como lo has hecho; tu instinto maternal y la forma en que los vas educando y la estabilidad emocional a la que los expongas, te darán la pauta de que si lo estás haciendo bien o mal.

7. “No me gusta el trabajo que conlleva la crianza de los hijos”

La crianza de los hijos tiene momentos fáciles y otros complicados; algunas mamás temen los primeros días, semanas, meses e incluso años de crecimiento de su pequeño; lo cierto aquí es que nadie ha dicho que el ser mamá es un trabajo fácil, por lo mismo, no confundas el sentirte cansada, incómoda o descontenta con este rol en las etapas de crisis, que te sientas de este modo, no significa que no seas buena para ser mamá o incluso que no te guste; tarde o temprano se terminarán estas etapas y comenzarán otras, pero efectivamente el ser mamá es difícil y hay que estar conscientes de esto.

8. Se terminaron mis días de “sex appeal”

La seducción está mal asociada gracias a que los medios de comunicación dictan como seductor: cuerpos esculturales, ropa particular, etc… el sentido de la sexualidad vuelve al cabo de que tus hormonas se acomoden de nuevo, nada que temer al respecto; obviamente asociarás tus pechos con el tema de la lactancia y ya no como un símbolo sexual, lo importante es que comprendas y estés consciente que estos días terminan y luego podrás creativamente volver a encenderte para tu pareja.

9. “Mi carrera se tirará por la borda”

Esto depende de que tan comprometida quieras estar con tu carrera profesional; continuar trabajando no es ninguna mala decisión, hay muchas mujeres que lo siguen haciendo por aportar estabilidad económica a sus hogares o por pura auto realización; lo importante aquí es que respetes los límites, saber que ahora cuentas con tiempos y horarios qué respetar, que ya no podrás salir tan tarde de la oficina como antes, pondrás un balance entre tu vida profesional y personal, buscarás recursos para atender ambas cosas con la misma responsabilidad.

10. “Estaré atada a alguien que dependerá de mi toda su vida”

Efectivamente alguien llegó para depender de ti; al principio será casi en un 100%, pero en la medida que los hijos crecen van descubriendo su propia independencia hasta llegar a ser adultos, y dependerán de ti en un sentido más emocional en cuestiones afectivas y de apoyo, que físicamente. Lo cierto es que se escucha con frecuencia decir a la mayoría que sus vidas cambiaron, pero para bien; que nunca podrían imaginar su vida sin sus hijos…

 

Vía: Babble

 

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