Hace tiempo tenía ganas de escribir un post relacionado a este tema, los hábitos empiezan en casa y si queremos un cambio sostenible en nuestro medio ambiente, el cambio debe iniciar desde nuestro propio espacio para así convertirlo en un estilo de vida y contagiarlo a los demás, sobre todo, a nuestros hijos.
Toda mi vida solía llevar un estilo de vida muy cómodo en términos de practicidad, si quería mandar un snack en la lonchera, sacaba la bolsa plástica de zipper; para ir al supermercado, empacaba todo en bolsa plástica; para cubrir comida en la refrigeradora, sacaba el plástico adherente; si tenía sed fuera de casa, compraba una botella de agua desechable; al ir a un restaurante, usábamos la pajilla (popote, pitillo) para tomar el agua. Poco a poco me fui metiendo en la rutina de vivir en esa vida tan cómoda de comprar, usar y desechar, pero cuando tienes hijos pequeños y ves que todo lo imitan, y que cada vez es más la cantidad de basura que generamos como seres humanos, algo te hace pensar que no estás haciendo las cosas bien, nos estamos volviendo irresponsables.
Me quisiera extender en el tema pero sé que todos estamos pensando en cómo empezar y no sabemos. Los cambios son simples, y cuando los hacés parte de la rutina de tu hogar, ya se convierten en una costumbre. Creo que cada casa tiene una metodología, pero a mi criterio, todo empieza en la cocina, es donde más desecho plástico generamos, desde los empaques de lo que consumimos para comer, hasta cómo seleccionamos la basura.
En este post, les quiero compartir 3 cambios simples/básicos, por los que todos podemos empezar, estoy segura que no sólo van a favorecer su presupuesto evitando la compra mensual de plástico innecesario, sino también, van a contribuir con la reducción de desecho que ya no puede reciclarse.
EL BEESWAX WRAP
Se trata del reemplazo al plástico adherente o “plastic wrap”, el que solíamos usar para cubrir alimentos que se queda en la refrigeradora, o afuera de ella, para evitar el contacto con el ambiente.
Este envoltorio hecho de manta de algodón 100% orgánico (libre de químicos de textiles), bañado en cera de abejas, aceite de jojoba y resina de árbol, ayuda a que los alimentos se conserven frescos por más tiempo, aislando el contacto con el oxígeno que causa su oxidación haciendo que cambie su color, textura, frescura y sabor; de modo que evita que éstos generen bacteria o cambien su estado.
Estas mantas duran aproximadamente 6 meses (comprobado y probado por mí), son fáciles de usar, vienen en diferentes medidas. Yo elegí las XL para poderlas cortar a la medida que necesito para cubrir las mitades restantes de frutas o vegetales, incluso para aislar los olores fuertes como el ajo y la cebolla, para conservar la frescura de hierbas como el cilantro, hasta conservar la frescura del pan.
El material del que está hecho es bastante flexible y a la vez se adhiere fácilmente por la consistencia de la resina y la cera de abeja, únicamente es necesario frotarla entre las manos para que se sienta flexible al entrar en contacto con el calor que producimos en ellas, luego están listas para sellar lo que queramos, incluso algún recipiente con jugo o licuados que no queremos que se oxiden.
Su mantenimiento es súper sencillo, únicamente se lava a mano con agua a temperatura ambiente, evitando el agua caliente para no eliminar la consistencia que trae en su cobertura. Si la manta está muy sucia, podemos lavarla con un poco de espuma de jabón de platos, y así está lista para usarse de nuevo cuantas veces queramos.
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LAS BOLSAS DE SILICON
Estas bolsas reutilizables son hechas de silicón, libres de cualquier tipo de material que pueda ser dañino para el ser humano al momento de ponerlo en contacto con el calor. Son perfectas para conservar alimentos y vienen con un sello (clip) de color para diferenciarlas, que se desliza fácilmente para abrirla y cerrarla.
Funcionan herméticamente y mejor aún que el zipper. Resisten el peso, vienen en diferentes medidas y son ideales para preparar o guardar alimentos.
Ésta es la mejor forma para evitar el uso de bolsas plásticas de zipper. En ellas podemos preparar alimentos, hacer salmueras, salsas… que se almacenan en la refrigeradora o en el congelador. Además, por el material en que están hechas, sirven también para calentar en horno microondas o baño maría.
Su mantenimiento es simple, pueden lavarse a mano o en lavadora de platos (sin sello) cuantas veces sea necesario.
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LAS BOLSAS PARA SNACKS
Solía comprar cajas y cajas de bolsas plásticas de zipper para mandar algún snack en la lonchera de las niñas, hasta que encontré estas bolsas de papel, reciclaste, que además de ser prácticas para los niños y visualmente bonitas, permiten llevar alimentos tipo snack.
Las uso muchísimo cuando estamos en lugares donde no podemos llevar platos herméticos, guardarlos y regresarlos a casa. Para excursiones, o en algún viaje largo donde no puedo llevar contenedores.
Estas bolsas de papel además mantienen los alimentos frescos, tienen un cierre tipo adhesivo y por ser papel, permiten que escribamos o dibujemos en ellas para identificarlas.
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Si empezamos por las cosas más pequeñas en casa, las que más usamos, y las que más basura plástica producen, poco a poco se notará cómo va cambiando nuestro estilo de vida e iremos creando conciencia en nuestros hijos para evitar que ellos continúen la cadena.
Espero te sirvan tanto como a mí.
-N-
