Tener una mascota en casa puede beneficiar tanto a los niños como a las familias en diferentes aspectos, pero también puede conllevar ciertos riesgos, como alergias o infecciones. Toma nota de las claves para disfrutar al máximo de la convivencia con un animal de compañía. La mayoría de los niños, a la hora de escoger un animal de compañía, prefieren en primer lugar los perros, después lo gatos y en tercer lugar mascotas como los hámsteres, las tortugas, las aves o los peces.

Este orden de preferencia responde a la compañía y a las posibilidades de compartir sus juegos con perros y gatos, que en muchas ocasiones llegan a convertirse en los mejores amigos del niño. Debemos ser conscientes del tiempo disponible para su cuidado, así como del espacio que hay en casa para el animal.

Son seres que van a depender tanto física como afectivamente de nosotros. Si se trata de un cachorro, necesitaremos más tiempo y paciencia para que aprenda cuál es su lugar en el nuevo grupo y el significado de nuestras órdenes. Si no nos vemos capaces de educar al cachorro adecuadamente o no tenemos la paciencia o el tiempo suficiente, lo mejor es dejarnos guiar por profesionales.

Importante: Un animal no es un capricho pasajero, ni un juguete para los niños; son seres vivos que necesitan que se les alimenten, bañen, cuiden, y les quieran. Otro aspecto importante son las circunstancias personales de cada uno, una mascota no sólo implica tiempo, sino también cierto desembolso económico en alimentación, veterinario, peluquería…

Beneficios: Numerosos estudios señalan que los niños que crecen junto a una mascota desarrollan un mayor sentido de la responsabilidad al descubrir cómo el animal necesita de su atención y de sus cuidados; lo que además potenciará su capacidad de empatía y compasión. Muchos adquieren una mayor autoestima como consecuencia de su relación con el animal. Por otra parte, los niños con mascotas observan conductas biológicas que enriquecen su conocimiento del mundo animal y su entendimiento de lo necesaria que es la adaptación a realidades diferentes que luego se extenderá a futuras relaciones interpersonales. Así mismo, las familias con mascotas pasan más tiempo juntas, interactuando con sus animales de compañía, realizando actividades, ya sean de juego o de cuidado.

Algunos riesgos: Los animales de compañía guardan ciertas bacterias o bichos que pueden desarrollar alergias en personas genéticamente predispuestas, causando estornudos, tos, congestión nasal, lagrimeo, dificultad respiratoria y erupción de la piel. Las alergias son reacciones anómalas del sistema inmunitario frente sustancias que se encuentran en la piel, saliva y orina de los animales. La aparición de los síntomas y su intensidad depende de la cantidad de alérgenos presentes en el ambiente. Las medidas a tomar son:

-Restringir el acceso de la mascota a las habitaciones donde más tiempo se encuentre la persona que sufre la alergia.

-Bañar al animal una vez a la semana con un champú específico de uso frecuente, aplicarle una loción hidratante a contrapelo y cepillarle frecuentemente fuera de casa.

-Hay que limpiar diariamente la cama, caja de arena o jaula del animal; y prestar atención en que no se coloque cerca de corrientes de aire.

-Lavar la ropa que entre en contacto con el animal, pasar el aspirador semanalmente e intentar evitar todo aquello que favorezca la acumulación de polvo como son las alfombras, moquetas, paredes enteladas, etc.

-Y, por supuesto, consultar con un alergólogo que nos oriente en nuestro caso concreto.

 

Vía: Todo Papas

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