La costarricense Damaris Ureña reconoce con tranquilidad y paz, lo que significó para ella la reconstrucción de sus senos, extirpados por un cáncer. “Ahora mi lucha es para que las mujeres que deben quitarle un pecho, se les reconstruya el mismo día”, sostiene.

Ella fue sometida a una reconstrucción de pechos por el cirujano plástico y reconstructivo, Christian Rivera Paniagua dentro de su programa de ayuda a las sobrevivientes. Según Ureña, durante 14 años dio un testimonio de lucha y no esconder el dolor pese a no tener senos, para que la sociedad entendiera  la necesidad de prevenir. Luego de pensarlo tres veces decidió someterme a la intervención.

“Fue un proceso largo y el Dr. Rivera me fue explicando y dando su apoyo en cada etapa. El día de la operación no lo podía creer. No dejaba de verme al espejo y darme cuenta de que era femenina y que me sentí bien. Mi lucha la llevaré a la Sala Constitucional porque es un derecho de la mujer”, señala.

El sentimiento de alegría y esperanza que experimenta Damaris es el mismo que comparten las sobrevivientes que han sido operadas dentro del programa de reconstrucción que el Dr. Rivera ha venido desarrollando en los últimos años.

Todo empezó cuando dejó de participar en el programa de reconstrucción del reconocido Hospital Calderón Guardia, para dedicarse a su propia clínica, sin imaginar que el lazo que tenía que con las pacientes provocaría que ellas decidieran buscarlo para continuar con su recuperación.

“La mujer es la célula de la sociedad, es la amalgama, es la que da y crea. Cada mujer representa una historia única de dolor, sufrimiento, desafío, de amor y de apego a la vida por ser mujeres triunfadoras y exitosas, madres, esposas, hijas y abuelas. El estigma de ver lesionada su feminidad constituye una oportunidad de reconstruir. Además es una forma de agradecimiento a Dios y a la sociedad por lo que invirtió en mí y de hacer lo hoy que me gusta”, explica el galeno.

El programa atiende a mujeres de todo el país, con edades entre los 30 y 50 años, y la gran mayoría carecen de recursos económicos. Según cuenta el Dr. Rivera, una paciente refiere a otras que luego de una valoración se apuntan en una lista para ser operadas. En algunas hay vínculos y son tías, sobrinas y hasta primas.

El proyecto se financia con aportes de otras pacientes que se someten a cirugías cosméticas y un porcentaje permite cubrir la reconstrucción de seno de dos a tres mastectomiadas.

Además, el médico cuenta con el apoyo de anestesiólogos, del Hospital La Católica, así como de otros proveedores, lo cual le permite suplir los elevados gastos de este tipo de cirugías.

“El impacto emotivo es realmente conmovedor  porque uno pasa a ser protagonista del proceso de transformación de una mujer a la que el cáncer le ha provocado la amputación del seno. Ellas retoman una nueva vida, ya no tienen que preocuparse  por acomodar la prótesis y pueden disfrutar de la playa o la piscina”, concluye el cirujano.

 

Vía: Perfil.cr

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