Por: Nancy Chang

Para Mundo de Mamá

@nachis_


 

“Matrimonio” pareciera ser una palabra sencilla y común en nuestro vocablo, sin embargo, no tan fácil de llevarla a la práctica, y es que recordando su definición podemos estar conscientes de su trascendencia y lo que conlleva el compromiso de construir dicha institución entre dos personas.

“El matrimonio es una institución social que crea un vínculo conyugal entre sus miembros. Este lazo es reconocido socialmente, ya sea por medio de disposiciones jurídicas o por la vía de los usos y costumbres. El matrimonio establece entre los cónyuges —y en muchos casos también entre las familias de origen de éstos— una serie de obligaciones y derechos que también son fijados por el derecho, que varían, dependiendo de cada sociedad. De igual manera, la unión matrimonial permite legitimar la filiación de los hijos procreados o adoptados de sus miembros, según las reglas del sistema de parentesco vigente.”

Esta institución está cada vez más cerca de convertirse en esas instituciones de “azúcar” o “papel”, tan frágil que al primer contacto con el “agua”, metafóricamente hablando, puede llegar a disolverse, tomarse más a la ligera y con menos seriedad o incluso compromiso mutuo o de alguna de sus partes involucradas; pero no le pongamos la culpa del todo a la institución matrimonial como tal, sino también al “agua” o bien las acciones que dentro del matrimonio están acompañadas de una cultura hedonista basada en la búsqueda del placer y la supresión de cualquier tipo de mínimo defecto como objetivo o razón de ser o fin último en la vida.

Hoy en día veo a mi alrededor que cada vez son más los matrimonios que están destruidos o en proceso de destrucción, y en algunos casos en consecuencia cada vez son más hijos los que sufren esta irreparable ruptura del vínculo familiar, ruptura causada por factores tanto internos entre la pareja, tales como diferencias e inadaptación entre los cónyuges, faltas de respeto y desvalidación mutua, violencia intrafamiliar, falta de compromiso, indiferencia o falta de interés en la formalidad de la institución como tal… entre otras cosas; o bien la ruptura causada por factores externos a la pareja, tales como infidelidad, adicciones o vicios a diferentes circunstancias como el trabajo obsesivo, hobbies desmedidos o sustancias y estupefacientes como drogas, alcohol… entre otras cosas que vienen a destruir lo que hasta ese momento se había construido.

Vale la pena hoy detenerse, hacer consciencia y recuperar la importancia del valor de la institución del matrimonio en nuestros hijos, para el caso de las que estamos casadas y queremos que formen una institución sólida; o bien en nosotras mismas, para el caso de las mamás solteras que buscan completar y formar una familia integrada, unida y sólida finalmente. Como mamás y mujeres que somos, es necesario que sepamos y definamos nuestros valores como seres humanos, así como también sepamos qué buscamos en una pareja y lo que esperamos de su parte antes de decidir entrar al compromiso de formar un matrimonio con esa persona. También es importante apartarnos de toda relación codependiente y manipuladora que tergiversa el verdadero concepto o sentido del amor mutuo de pareja.

Noto una falta de autoestima en las mujeres, pareciera ser que por temores o clichés sociales, prefieren darle el sí a cualquier candidato que apenas y reúne el perfil de esposo y padre, con tal de no quedarse solas o “para vestir santos”, una concepción equivocada que las hace someterse a cualquier tipo de relación enfermiza o poco comprometida.

Nadie dijo que el matrimonio era fácil, ni que de amor vive el hombre, aunque se escuche en algunos argumentos, pero sí es cierto que entre mejor elijamos a nuestra pareja, de acuerdo a nuestros principios, autoestima, valor propio, y objetivos en común, más oportunidad hay para que ese matrimonio sea todo un éxito y en consecuencia los miembros en la familia estarán estables emocional y mentalmente; aunque suene frío y haciendo una comparación superficial, es como el éxito al formar una empresa esperando a que dé resultados productivos para sus socios, lo que bien empieza dará resultados positivos en el proceso.

Mamás, motiven a sus hijas a buscar una pareja que las valore, las respete, las valide, las complemente, las motive y las incluya en sus planes de vida; y hagan consciencia en ellas que un hombre que las maltrate ya sea verbal o físicamente, las castre emocionalmente, las anule, o manipule, no traerá en consecuencia o les permitirá fundar una institución matrimonial sólida como lo es el verdadero matrimonio.

Para reconocer qué son esos momentos difíciles a los que un matrimonio se verá expuesto, el compromiso que deben adquirir las dos partes, el nivel de aceptación y tolerancia del uno para el otro, y cómo se construye un matrimonio, quiero compartir este video que lo explica de la manera más sencilla y clara posible, disfrútenlo y recuperemos el valor verdadero del matrimonio para tener familias integradas y por ende una sociedad civil con bases más sólidas.

 

[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=VTOuJsYmO_M[/youtube]

 

 

 

1 COMENTARIO

  1. Me gustan mucho tus palabras, gracias por compartirlas, es bueno saber que ese compromiso se debe renovar dia a dia, para que valga la pena la vida. A amar lo que Dios nos ha dado como regalo.
    TQM

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