En pediatría es muy frecuente el motivo de consulta por tos.  Desde temprana edad, los niños pueden presentar este mecanismo de defensa, por medio del cual, las vías respiratorias tratan de eliminar algunas sustancias que pudieran estar provocando problemas dentro de los bronquios.

Los bronquios son como las raíces de un árbol. Inicialmente de un grosor mayor y a medida que se van alejando de los bronquios principales, van reduciendo su tamaño, hasta la periferia de los pulmones en donde son muy diminutos.  Internamente tienen un espacio vacío,  por medio del cual se produce el intercambio gaseoso, oxígeno que se respira y anhídrido carbónico que se exhala.  En condiciones normales, los bronquios producen  mucosidad, pero  en pequeñas cantidades y esta sirve para retener las sustancias irritativas tipo polen, polvo, u otras que se respiran inevitablemente y se produce expectoración para eliminar este moco.  El aire al entrar a los pulmones, se calienta levemente y es por ello que cuando hay clima frío, vemos a las personas exhalar un vaho por la boca al respirar.  Respirando normalmente ese vaho se produce siempre, pero si uno hace ejercicio o corre por ejemplo, el aire entra y sale muy rápido de las vías respiratorias y no da tiempo a calentarlo.  Muchas veces, esta es causa de tos necia, repetitiva, incluso produce accesos que hacen  vomitar flemas.  En estos casos, los neumólogos proponen el término de Asma inducida por ejercicio.

Cuando un niño está aún en el vientre materno, los bronquios están literalmente llenos de agua. No contienen aire. El paso por el canal vaginal a la hora del parto, exprime los pulmones y hace que el recién nacido elimine esa agua.  Además ese paso lento y complicado, hace que se activen una serie de sensores a nivel de la piel, que a su vez, envían mensajes al sistema nervioso central, “avisando” al recién nacido para que se aliste a respirar por si sólo, pues pronto estará fuera del útero.

Al salir el niño del canal vaginal y emitir el primer llanto, llena los pulmones de aire, inflando por primera vez a los alveolos, que son como racimos de uva, y que están en los extremos de los bronquiolos.  Estos alveolos contienen una sustancia llamada Surfactante, la cual permite la expansión de los alveolos, pero impide a su vez, que se al exhalar el aire, los alveolos se queden totalmente vacíos, pues es importante mantenerlos expandidos.  Esto solo ocurre en los recién nacidos a término, no en los prematuros, a quienes la naturaleza no les ha dotado aún del surfactante y es por ello que algunas veces el Neonatólogo tiene que instilar directamente en los bronquios del prematuro una sustancia artificial que sustituye al surfactante natural que no se produjo por haber nacido antes de tiempo.

En el caso de los niños que nacen por cesáreas electivas, es decir, programadas con anticipación por el médico obstetra, resulta que los niños “no sabían” que ya les tocaba valerse por sí solos.  El médico obstetra hace la incisión del útero y extrae al bebé.  Frecuentemente el médico pediatra, tiene que asistir a este recién nacido pues nace literalmente “encharcado”, es decir, los pulmones llenos de agua, y habrá que esperar a que este material líquido se reabsorba o lo elimine, necesitando frecuentemente del uso de oxígeno por un período aproximado de 72 horas.  En cesáreas de emergencia, además que el niño no ha sufrido el paso por el canal vaginal, se pueden presentar otro tipo de problemas, según haya sido la indicación de la cirugía.

Si consideramos a la tos un mecanismo de defensa, en teoría lo que debemos hacer es ayudar a la expectoración y no pelear contra ella.  Por ello, la mayoría de las veces se indican mucolíticos, que son medicamentos que arralan la flema y facilitan la expulsión.  De acuerdo a la evaluación clínica, el pediatra podrá determinar si se necesita otro tipo de medicamentos como broncodilatadores o antiinflamatorios con esteroides.

El Pediatra puede solicitar estudios radiológicos o de laboratorio que lo ayudarán  a afinar el diagnóstico, para poder precisar si se trata de un proceso infeccioso, si fuera este el caso, determinar si es de origen viral o bacteriano, o si es un proceso de tipo alérgico estacional.  Por supuesto hay otras causas, pero la gran mayoría se enmarca en estos aspectos.

No es conveniente iniciar tratamientos antibióticos por recomendación de personas que, aunque bien intencionadas, pueden provocar más problemas, entiéndase familiares, amigos o dependientes de farmacias.  El antibiótico solo debe ser recetado por un médico.

Por: Dr. Federico Ranero Cabarrús

Hospital Pediátrico Nuestra Señora del Pilar

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