Síntomas:

Muchas veces puede ser difícil reconocerlas, pero te compartimos los síntomas que te ayudarán a diferenciarlas:

1. Mucosidad y congestión nasal: cuando se trata de un resfriado, podría gotearle la nariz con una mucosidad transparente, que puede hacerse más gruesa y volverse gris, amarilla o verde en cuestión de una semana aproximadamente. En el caso de las alergias únicamente aparece mucosidad transparente y goteo constante de nariz.

2. Tos: en el caso de un resfriado la tos y la congestión nasal suelen aparecer antes que la fiebre.

3. Alimentación: en el caso de un resfriado al momento de bajarle la fiebre podría tener menos apetito de lo normal pero aún así come normalmente. En cambio, si le baja la fiebre y aún se siente enfermo y sin apetito entonces puede que se trate de algo más.

4. Diarrea y vómitos: por lo regular este cuadro aparece cuando es probable que tenga una gripe o influenza o bien otra enfermedad, ya que son síntomas repentinos.

5. Ardor y ojos llorosos: en los casos de alergias, los ojos lloran y la nariz gotean presentando una sensación de cosquilleo y picazón, de modo que va acompañado de constantes estornudos y comezón en la piel.

6. Fiebre: en el caso de los resfriados pueden manifestarse fiebres. Pero en el caso de alergias, estas no harán que le suba la fiebre, y tienden a manifestarse en la primavera, el verano y a comienzos del otoño.

Formas para aliviar el resfriado y la congestión nasal:

1. Hidratación: puedes ayudar a que tu niño se sienta mejor e impedir que la infección empeore haciendo que descanse lo suficiente y beba líquidos en abundancia. Si es menor de 4 meses, eso significa que deberá recibir suficiente leche materna o de fórmula. A los 4 meses puede además tomar un poco de agua, y a los 6 meses puede empezar a beber jugos. Si ya come alimentos sólidos, asegúrate de que beba agua regularmente durante el día.

Dado que la mayoría de los niños no aprenden a sonarse la nariz hasta alrededor de los 4 años, a continuación te aconsejamos algunos métodos para aliviar la congestión nasal de tu niño:

2. Aspirador nasal: inclina hacia atrás su cabeza e introduce en los orificios nasales gotas salinas de venta sin receta médica (agua con sal) para aflojar la mucosidad. Unos minutos después, extrae el líquido y la mucosidad con un aspirador nasal manual (pera de goma) o eléctrico. Si tiene dificultades cuando lo amamantas debido a que está congestionado, aspírale la mucosidad 15 minutos antes de darle el pecho. Podrá entonces respirar y succionar al mismo tiempo. Aplícale vaselina en la parte exterior de los orificios nasales para disminuir la irritación. (No uses aerosoles nasales salvo que el médico esté de acuerdo. Puede que momentáneamente den resultado, pero el uso continuado también puede empeorar la congestión.)

3. Humificador o vaporizador: usa los de aire frío para humedecer el aire en su habitación. O llévalo al baño, abre el agua caliente, cierra la puerta, y permanece sentada con él por unos 15 minutos en ese ambiente lleno de vapor. Un baño tibio puede dar el mismo resultado.

Señales y síntomas para acudir al médico:

 

Si tu niño tiene menos de 3 meses, debes llamar al médico cuando notes el primer síntoma de la enfermedad, en particular si tiene una temperatura de más de 100,4 grados Fahrenheit (38 grados Celsius) tomada en el recto o si tiene tos. Si tiene entre 3 y 6 meses, el médico puede considerar conveniente que lo llames en caso de que la temperatura suba a 101 grados F (38,5 grados C); y si tiene más de 6 meses, a 103 grados F (39,5 grados C).

Independientemente de la edad que tenga el niño, llama al doctor si observas alguno de los siguientes síntomas:

1. Tu hijo se pone peor en lugar de comenzar a mejorar después de cinco a siete días, o los síntomas del resfriado duran más de 14 días.

2. Su tos empeora y respira con dificultad o con un sonido sibilante. Estos síntomas podrían indicar la presencia de neumonía una enfermedad respiratoria relativamente común pero potencialmente grave en los bebés menores de un año.

3. Llora al succionar el pecho o el biberón, o se jala la oreja y se la refriega o rasca. Esto podría indicar una infección de oído.

Fuente: www.babycenter.com




Dejar una respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here