Estamos en una etapa de austeridad en el mundo entero, para ello tu también debes acoplarte a una reducción de gastos y revisar tu presupuesto familiar, de este modo podrás manejar mejor tu presupuesto en tiempos de crisis.

Muchas mujeres y amas de casas se enfrentan con situaciones como:  “Tengo mi tarjeta de crédito sobregirada y me cuesta hacer los pagos mínimos”, “Estamos ajustados y no hemos pagado el colegio de nuestros niños desde hace 3 meses”, “Estamos por declararnos en bancarrota y estamos a punto de perder nuestra casa propia que tanto nos costó enganchar”, “La empresa en que trabajo está haciendo recorte de personal y yo no tengo definido si mi puesto aún continuará”, “Me presenté a una entrevista de trabajo pero habían muchos más entrevistándose para la misma plaza”

Trata de no enfocarte únicamente en lo negativo durante esta recesión, esto puede hundirte más y aunque no lo crear las temporadas difíciles tienen oportunidades únicas y beneficiosas.

Aprovecha la época de recesión y crisis para renegociar tus compromisos financieros, es decir, si crees que has estado pagando demasiado por tu hipoteca o interés en tu tarjeta de crédito, este es el mejor momento para renegociar. No sólo eso, sino que ahora hay muchas oportunidades para encontrar todo tipo de ofertas en el mercado.

A continuación te damos 7 puntos básicos para que revises y optimices tu presupuesto familiar:

Haz un presupuesto real de los gastos de tu casa

Es muy importante que hagas una presupuesto familiar con cifras determinadas para cada gasto, de modo que tu no te salgas de ese rango. Deposita de antemano en un sobre o en una cuenta bancaria el dinero que sabes que vas a necesitar para gastos fijos y respeta lo que designaste a cada uno. Dentro de estos calcula o considera el pago de la tarjeta de crédito y el ahorro del mes, así como el presupuesto para diversión familiar.

Reduce los gastos innecesarios

Prácticas sencillas en casa como apagar una luz cuando no la necesites, evitar usar agua muy caliente en temporada de verano, duchas rápidas, planificar tus rutas en el automóvil para procurar no gastar más gasolina, cocinar recetas que no impliquen tener la estufa u horno prendido por mucho tiempo, dejar de ir al gimnasio para salir a correr fuera, reducir el tiempo que te tomas cepillándote el cabello con secadora – blower o plancha, son prácticas que poco a poco irán reduciendo tu gasto básico en casa.

Cuando vayas al supermercado procura comprar lo que necesites y lleves anotado en tu lista, evita pasar por las góndolas de temporada que te ofrecerán un sin fin de productos que sólo utilizarás durante un tiempo reducido y determinado.

Si vas a salir y coincidir con tu amigas en un mismo punto, procuren usar un sólo automóvil, pasando unas por otras.

Cuida tu tarjeta de crédito

Si los pagos a las tarjetas de crédito se comen una buena parte de tu presupuesto mensual, trata de consolidar tus deudas o de conseguir un interés más reducido. Trata de negociar con el banco emisor de tu tarjeta de crédito y pacta un plan de pago prudente que se ajuste a tu presupuesto.

Si tu tarjeta aún no se ha convertido en morosa, procura dejar de usarla o ser puntual en tus pagos de modo que no generen intereses, y si tienes varias tarjetas procura cancelar aquellas que no usas para no tener acceso a más crédito.

Aprovecha cupones, ofertas, membresías y tarjetas de descuento

Trata de sacarle provecho a los cupones y ofertas de semana, trata de estar pendiente porque alguno de esos cupones pueden ayudarte a canjear algo básico en tu alacena. Las tarjetas de descuento  y membresías son una buena solución, trata de comprar al por mayor y aprovecha las promociones como 2×1 en restaurantes que te ofrecen las tarjetas de descuento. Recuerda que hay productos genéricos que a granel son más baratos que los de marca y los resultados son los mismos, así como también las presentaciones tipo “refill” para sólo rellenar los que se te han terminado.

Evita comer fuera de casa

Procura llevar el almuerzo preparado en casa al trabajo cada día. Los fines de semana, prepara un picnic para comerlo en un parque o en la playa. Llévate merienda o refacción cuando salgas de casa en lugar de comprarla en la calle. Si te reúnes con los amigos traten de hacerlo en casa, así cada pareja de amigos aporta un platillo que acompañe la cena o almuerzo que planean.

 

Planea vacaciones baratas

En lugar de ir a un hotel puedes viajar con otra familia y alquilar una casa. Suele ser más barato y además les permite cocinar y ahorrarse el gasto de restaurantes. Puedes también viajar cerca para evitar tomar un avión. Lleva contigo alimentos para preparar para no tener que almorzar siempre en restaurantes.

Diviértete económicamente

Si te gusta ver películas puedes alquilarlas en lugar de ir al cine, o pídelas prestadas a un amigo o familiar para que te salga absolutamente gratis.
También puedes ahorrar mientras pasas un rato divertido con tu familia si organizas una noche de juegos de mesa cada semana.

Trata de practicar estos puntos y verás resultados en el mes siguiente.

Antes de cualquier gasto procura hacerte la pregunta ¿Realmente lo necesito o sólo es un gusto? si es sólo un gusto entonces no es necesario comprarlo.


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